Desde que a finales del siglo pasado empezaron a hablarnos de la globalización, aprender otro idioma comenzó a volverse un imperante. Hoy, tantos años más tarde, más que una simple necesidad, ser bilingüe se ha convertido en un requisito indispensable para un profesional que quiera desempeñarse en cualquier disciplina.

Y la razón es sencilla: la forma como han evolucionado las comunicaciones, a una velocidad tan vertiginosa, ha hecho que hoy sea posible tener cualquier cosa a la mano gracias a los teléfonos inteligentes, que han vuelto al planeta un lugar pequeño.

El viejo lugar común que afirmaba que “el mundo es un pañuelo”, hoy es más cierto que nunca: las nuevas generaciones no pertenecen a un solo sitio sino que son, cada vez más, ciudadanos del globo. Muchos jóvenes parten a recorrer el planeta, a estudiar afuera y luego, al terminar, hacer una vida en otro lugar.

Es ahí, entonces, cuando entra a jugar la importancia del idioma. Salir a cualquier lugar con cultura diferente implica la necesidad de comunicarnos; el lenguaje, sabemos, es la base de todo: el intercambio de ideas, las experiencias, las cosas que traemos y que queremos enseñar e, incluso, el mismo aprendizaje, pasan por las palabras. ¿Cómo hacerlo, entonces, si no conocemos más que una lengua?

Este escenario puede ser ideal para vivir una experiencia intercultural, ya que además de aprender un segundo idioma, que fortalecerá la formación académica y laboral de la persona, aportará una experiencia personal única que transformará vidas.

Saber otro idioma implica casi las mismas cosas que viajar: abrir la mente y el mundo a nuevas culturas, aprender una cantidad de cosas que hoy tenemos a la mano: basta prender el computador y explorar el inmenso océano de información que es Internet para encontrarlas.

No es ningún secreto que hablar otro idioma representa para cualquier persona, sin importar su edad, una ventaja considerable frente a otro que solo tenga su lengua materna: no sólo podrá entablar amistad con gente de otras latitudes y culturas, sino que tendrá un abanico muchísimo más amplio de oportunidades laborales.

En la actualidad las empresas son globales: multinacionales como Amazon o Apple albergan empleados de todas partes del mundo: de América a Asia, pasando por África y Oceanía.

Dentro de cada país las empresas requieren cada vez más empleados con dos o más idiomas, pues las interacciones entre pares de otros países son una realidad. No hay que ir muy lejos para encontrar la necesidad de hablar otra lengua; basta hacer el trabajo diario para entender que cada día que pase sin ser bilingüe es la forma más eficaz de quedarse atrás.

¿Todavía le quedan dudas?

 

Rosario Gutiérrez, Directora Nacional AFS Programas Interculturales Colombia